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ZYPRAS, POLÍTICO

Francisco Herrera

De Gaulle, for sale en 1969, pharmacy se fue. Presidente de la república, llamó a referendo a los franceses y éstos en vez de responder sí respondieron no a su pregunta… y se fue. Aquel indiscutido jefe de la Resistencia contra el ocupante nazi en su país; aquel líder victorioso, junto con Churchill, Stalin y los norteamericanos, contra Hitler en 1945. El propiciador de una nueva Constitución y carismático fundador de la V República; el dirigente admirado en todo el Oriente Medio y más allá, hasta los confines de Camboya pasando por la China de Mao… Aquel astuto jefe de las fuerzas armadas que en una noche les había hecho una “jugada civil” a los estudiantes, los que durante dos meses (mayo-junio 1968), insolentes y graciosos lo habían desafiado, a él y a sus ministros, en las calles del Barrio Latino y de las grandes ciudades francesas. El artífice de prolongada estabilidad política y ésta, garantía de nueva prosperidad económica del país. El estadista que quizá sentía en su fondo que no le bastaba el reconocimiento de su clase (la gran burguesía católica liberal francesa) ante esa jugada hecha a los “revoltosos” y gracias a la cual tenía la situación bajo su control, este hombre sentía sin embargo que necesitaba más. El reconocimiento de “los suyos” muy bien, se decía en su fondo quizá… pero necesitaba más nitidez en la adhesión del pueblo al programa de reformas prometido y a su estilo de gobernar, y para saberlo: el referendo –que todo mundo susurraba que no era ni sería referendo, sería plebiscito. Sí a las reformas (referendo), no a usted mi general (plebiscito), le dijo la mayoría de los franceses.  Y de Gaulle se fue. No estaba obligado a irse, pues el referendo no ponía en juego su mandato. Pero se fue, seguro sin duda de que su gesto le estamparía sello definitivo a su larga vida pública y por contragolpe cimentaría un poco más las instituciones republicanas por él propiciadas, más allá de su persona.

El joven Zypras (Alexis dice la gente en las calles griegas) no tiene las escarapelas ni los galones de un de Gaulle, de un Churchill. Y no mueve sus cartas en el mismo contexto geopolítico europeo. Aunque sí tiene en su haber muy antigua historia –en todos los sentidos de la palabra, baste recordar aunque sea escuetamente que Grecia es madre creadora de la idea misma de Europa desde los más escondidos recodos del Tiempo. Zypras el atrevido, ante los poderosos de este neoliberalismo que tanto daño sigue haciendo a los pueblos. Zypras la inteligencia política, la audacia mediterránea ante los tecnócratas de Bruselas, Frankfurt, Washington.

Bueno, si es así, si las rígidas condiciones que estos señores me quieren imponer para “salvar” la economía de mi país como ellos dicen (pagarles nuestra deuda pública) y que para ellos solo significan incrementar su poder de influencia en nuestro país: recortes y más recortes en lo social, bueno, se dijo seguramente en su fondo: le voy a preguntar a mi pueblo, y lo más pronto mejor. En una semana tenía todo. Planteó en su parlamento: de este lado el ultimátum que me están fijando esos señores, de este otro nosotros con lo que hemos avanzado en cuanto a un mejor control de nuestras finanzas sin dañar el bolsillo de la gente, propongo que aprobemos llamar al pueblo a referendo: o la disciplina de los señores (así hablan ellos, sabemos que en realidad se trata de austeridad) o continuamos batallando en su propio terreno, entremos en la contradicción, por qué no: nosotros necesitamos de ellos, ellos de nosotros. Es cierto, somos pequeños, pero pequeños sólo económicamente. Y el parlamento aprobó la idea de Zypras. Ipso facto les anunció a los poderosos (a Frau Merkel, a Monsieur Hollande y a los otros del FMI) que “en una semana les respondo”, según lo que mi pueblo me diga. Y así fue. Hoy el mundo sabe lo que el pueblo griego le dijo a su joven primer ministro que les diga a los poderosos: nada de recortes sociales, sí a seguir negociando una reestructuración del pago de nuestra deuda. [Reestructurar significa revisar los plazos para pagar una deuda, no significa no pagarla. Reestructurar (o refinanciar) es un mecanismo ordinario en el oficio ordinario de todo banquero. Incluso, a un solícito banquero le gusta, y le gusta porque le conviene, que usted tenga una deuda alargada con él]. Valga notar que en el parlamento griego están representados todos los partidos políticos, incluyendo a la más extrema derecha, muy minoritaria pero ahí está.

Y valga reiterar y subrayar la postura de Zypras: no planteaba ni está planteando la ya no pertenencia de Grecia: ni a la UE (28 miembros hasta hoy), ni a la Zona euro (18 miembros hasta hoy, dentro de los cuales los más aferrados a la construcción institucional del espacio europeo son Francia y Alemania. Construcción siempre en común y paso a paso desde hace sesenta años como garantía fundamental según ellos del no retorno a los odios del racismo, éste siempre latente en tanto que rasgo consubstancial del capitalismo como sistema y, según particularidades históricas y etnográficas, siempre bien organizado, baste recordar la guerra en lo que fue Yugoslavia hace más de veinte años y en este momento el accionar neonazi en la misma Alemania, en Francia…, y cerca de nosotros en los Estados Unidos).

Así, lo que para de Gaulle era plebiscito pero que él llamó referendo, para Zypras es: “Sigue peleando, Alexis” (o sea plebiscito, que él llamó referendo). El no a de Gaulle era negativo a su persona, el no a Zypras es positivo para todos y para su persona. Pero además, de Gaulle en su tiempo, en repetidas ocasiones llamó a referendo a los franceses, en síntesis con un solo propósito: la consolidación de la V República, sólo en el último “le fue mal”; Zypras ha salido bien librado en éste, con un confortable 62% que bien podría repetir, si de nuevo las circunstancias se lo exigiesen, seguramente. Esto en París, en Bonn, en Bruselas, en Roma, en Washington lo ven, y si todavía no lo han visto deberán resignarse a verlo: Zypras está joven, y tiene a un pueblo, una nación. Y tiene partido, y una muy singular coalición. Y tiene ahora poderosa arma: la más clara, la más democrática que un auténtico político público pueda soñar. Y la más responsabilizadora de pueblo y por lo tanto (quizá) la más educadora de pueblo, políticamente.

P. S. No se le vaya a ocurrir a usted un día de éstos hablarles del “compa” Zypras a los jefes anepes que tenemos por aquí, o a los “aliados” o a los fusades. Podrían responderle que ese jodido de Zypras es un chavista…

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